Las reglas que las conejitas de Playboy tenían que seguir en 1969

En los años sesenta, pocos trabajos parecían tan glamurosos como el de conejita Playboy. Estas camareras, que trabajaban en los exclusivos bares Playboy, eran elegantes y guapas, y ganaban sueldos lo bastante altos como para comprarse su casa en una época en la que las mujeres aún carecían de autonomía económica. Pero bajo su apariencia, este trabajo no era tan glamuroso como parecía. Era difícil de conseguir y aún más difícil de mantener; las conejitas tenían que seguir unas normas muy estrictas. A cada una se le entregaba un folleto en el que se detallaban esas normas...y las hemos leído.

Instrucción no negociable para las conejitas

Las glamurosas conejitas Playboy estaban en primera fila cuando, en 1960, abrió sus puertas el primer Club Playboy. Estas anfitrionas ayudaron a establecer Playboy como marca mundial. Durante los 31 años que los clubes estuvieron abiertos, gozaron de mucha fama.

Pero para mantener sus puestos y evitar posibles quebraderos de cabeza, las conejitas tenían que memorizar casi 30 páginas de instrucciones que no eran negociables. El documento se titulaba simplemente "The Playboy Club Bunny Manual" o el "Manual de la Conejita del Club Playboy".

Manual de la Conejita del Club Playboy

Gracias a la conejita Regina, trabajadora del Club Playboy de Detroit (Michigan) entre 1968 y 1969, el revelador panfleto ha llegado por fin a conocimiento del público. Y vaya si es interesante.

La conejita Regina compartió su copia, que data de julio de 1968, en el sitio web Ex-Playboy Bunnies. El manual está dividido en cinco secciones diferentes, con una larga introducción. Así que...¡manos a la obra!

"Gran orgullo" en los conejitas

Tras dar la bienvenida a las mujeres al "mundo de Playboy", el manual explicaba por qué el papel era tan especial. Decía: "Puedes sentirte muy orgullosa de haber sido seleccionada como Conejita. Es un trabajo que te parecerá único y emocionante".

"La Conejita Playboy ha creado una nueva definición y estándar de encanto, belleza y buen servicio". A partir de ahí, el panfleto también celebraba la reputación de los Clubes Playboy, reconociendo el papel de las conejitas.

Las aspirantes a conejitas se enfrentaron a una dura competencia

Así que te preguntarás: ¿cómo era el proceso de contratación? ¿Era sencillo? Si te interesaba ser conejita en aquel entonces, te habrías enfrentado a mucha competencia.

El manual afirmaba: "Para garantizar el alto nivel que nuestros socios esperan, somos extremadamente selectivos en nuestros procedimientos de contratación de conejitas. Por ejemplo, en la apertura de un club reciente, entrevistamos a 500 chicas pero sólo seleccionamos a 40 por tener la personalidad y la belleza física requeridas de nuestras conejitas".

"Representas la emoción y el glamour de Playboy"

Las afortunadas se enfrentaban entonces a un "programa de formación" que les ponía al corriente de lo que se esperaba de ellas. En cuanto a la importancia global del puesto, el libro hablaba de la marca.

La introducción continuaba: "El notable éxito de nuestros Clubes Playboy es consecuencia directa del entusiasmo que millones de hombres de ciudad y de éxito sienten por la revista Playboy. Para ellos, tú representas la emoción y el glamour de Playboy".

Los clubes despertaron interés en todo el mundo

El atractivo del puesto era innegable. Según el manual, las campañas de contratación despertaron rápidamente un gran interés internacional. Participaron mujeres de Inglaterra, Irlanda, Alemania, Italia, Francia, Ecuador y Dinamarca. Por supuesto, también hubo muchas aspirantes estadounidenses.

"Se ha dicho que es el mejor trabajo del país para una chica joven", afirmaba el libro, rebatiendo las insinuaciones de que el papel de conejita fuera de algún modo hortera. Para combatir aún más esa percepción negativa, el documento hacía una observación interesante.

Conejitas de todo tipo

"Nuestras conejitas son de orígenes muy variados: entre ellas hay antiguas profesoras, secretarias, actrices, bailarinas, modelos y compañeras", decía el manual. "Muchas tienen trabajos de conejita a tiempo parcial mientras cursan carreras o estudios a tiempo completo".

Pero, ¿cuáles eran las ventajas de ser una conejita Playboy? ¿Por qué parecía tener tanto encanto? Junto a la promesa de viajar y adquirir un estatus de celebridad en los medios de comunicación, se decía que el salario era muy "gratificante". Pero esto último no era una garantía: las conejitas tenían que trabajar duro para ganarse el dinero.

"Retribución" proporcional

Como explicaba el folleto: "Su salario será directamente proporcional a la atención y el servicio que preste a nuestros socios y a sus invitados. Cuanto antes seas capaz de proporcionar de forma constante el servicio fino y glamuroso por el que nuestros clubes se han hecho famosos, antes estarás ganando los mejores salarios".

También señala lo exigente que podía ser "a menudo" el papel, dejando claro que las mujeres no lo tendrían fácil. La introducción termina aquí, lo que nos lleva a la primera sección del manual: "Beneficios de la conejita".

Las vacaciones eran muy limitadas

Según el manual, a todas las conejitas Playboy se les ofrecía un seguro médico, de vida y de accidentes tras ser contratadas. Al menos era una cosa menos de la que tenían que preocuparse, ¿no? Pero el tiempo libre pagado era otra historia.

Resulta que a las trabajadoras se les concedían muy pocas vacaciones, sobre todo durante los primeros meses. "Una conejita que lleve un año empleada ininterrumpidamente tiene derecho a una semana de vacaciones a partir de la fecha de su aniversario", revelaba el manual.

Tenían que ganar "crédito vacacional"

La asignación sólo aumentaba ligeramente para las empleadas con más antigüedad en los clubes. El manual continuaba: "Una conejita que haya estado empleada de forma continuada durante dos o más años tiene derecho a dos semanas de vacaciones a partir de la fecha de su aniversario".

Además, las conejitas ganaban un "crédito de medio día de vacaciones" también por cada mes que cubrían. Sin embargo, esa cifra nunca superaba los cinco días. Así que los descansos de corta duración estarían a la orden del día.

"Conejitas Exploradoras"

Aunque las vacaciones eran limitadas, los clubes intentaron suavizar el golpe ofreciendo a sus conejitas un interesante incentivo. Las mujeres podían convertirse ellas mismas en reclutadoras, buscando a otras que tuvieran potencial para unirse a ellas como conejitas Playboy.

Como "Conejitas Exploradoras", su primera recomendación les daría 50 dólares, mientras que la segunda y la tercera prometían recompensas de 75 y 100 dólares, respectivamente. Sin embargo, para recibir el dinero, las nuevas empleadas debían permanecer en el club al menos tres meses.

Competir por premios

Los incentivos no acababan ahí. Las conejitas cocteleras de los clubes también tuvieron la oportunidad de ganar premios a través de dos concursos diferentes. Se trataba del "Concurso de Buen Servicio", que premiaba a quienes "alcanzaran la media de bebidas más alta gracias a un servicio excelente", y del "Concurso de Incentivos para Tazas".

Ese último animaba a sus empleadas a vender a sus clientes tazas oficiales de Playboy en el bar. El premio máximo en ambas permitiría a las conejitas cubrir su puesto de trabajo favorito durante toda una semana.

Las conejitas podrían mudarse a nuevas ciudades

Los traslados se consideraban otra ventaja del trabajo. El manual decía: "Una de las ventajas de las que disfrutan las conejitas es la oportunidad de trasladarse a otra ciudad permanentemente, o por poco tiempo, con la seguridad de tener un buen trabajo esperándolas si se aprueban sus solicitudes de traslado".

En pocas palabras, no tenían por qué quedarse en el mismo Club Playboy indefinidamente. Un cambio de aires podría haber sido la solución para cualquier conejita que sintiera que su entorno se estaba quedando anticuado.

"Comportamiento de la conejita"

A partir de aquí, el manual pasaba a su siguiente sección, que trataba del "Comportamiento de la conejita". Podría decirse que aquí es donde empiezan a salir a la luz algunos de los aspectos más reglamentados del trabajo. Por ejemplo, el sistema de descansos era bastante estricto.

"Las conejitas deben hacer descansos sólo cuando estén autorizadas y sólo con pleno conocimiento del Director de Sala o del Director de Vestíbulo", rezaba. "El Director de Sala te firmará 'entrada' y 'salida' en tu tarjeta horaria para todas las horas de descanso, y deberás firmar estas horas a diario".

Pedir un turno

Las tarjetas de control de asistencia no son precisamente un buen ejemplo de glamour o ostentación. Pero eso nos lleva a la entrada del manual sobre ausencias. Las conejitas no podían faltar a sus turnos sin planificarlo antes.

El manual decía: "Si por cualquier motivo no puedes trabajar según lo previsto, es tu responsabilidad encontrar una sustituta. Comprueba el horario para ver quién tiene el día libre ese día. Entonces, arregla que una de esas conejitas haga tu turno".

Encontrar una sustituta "adecuada"

Pero en algunos casos, ni siquiera eso bastaría. Como se indica en el manual, "al obtener una sustituta, una conejita debe comprobar si es adecuada. Por ejemplo, una conejita que trabaje en una sala de exposición debe conseguir una sustituta que también esté capacitada para trabajar en esta área".

Así que la conejita en cuestión tendría que haber investigado. Las dos mujeres también habrían tenido que ponerse en contacto con la oficina del club para verificar que el cambio era bueno.

Tablones de anuncios y reuniones mensuales

Las conejitas también debían mantenerse al día en los tablones de anuncios de los clubes. Allí se podían compartir actualizaciones importantes relacionadas con el trabajo, así como la hora de las "Reuniones de Conejitas" mensuales.

Sí, existían. Nos preguntamos cómo serían esas reuniones...Incluso había un "Consejo de Conejitas" que celebraba sus reuniones, formado por las líderes de cada una de las salas de los clubes. ¡Así que no se podía decir que las mujeres no estuvieran organizadas!

Sesiones de fotos

Las responsabilidades de las conejitas tampoco se limitaban a la pista del club. El manual decía: "Todas las conejitas tienen programada una sesión fotográfica con el fotógrafo local del Playboy Club. Las conejitas llevan trajes y accesorios completos de conejita para esta sesión y se les paga 1,25 dólares por hora".

En dinero de hoy, eso equivale a poco más de 11 dólares. La foto en sí era bastante importante, ya que acabó en el "registro permanente de Playboy" de las mujeres. ¡Quizás eso explique la inclusión de los consejos de maquillaje al final de este segmento!

Normas para las citas

El manual también describía las estrictas normas de los Clubes Playboy en materia de citas. Al parecer, las conejitas tenían prohibido entablar relaciones románticas con sus compañeros de trabajo e invitados. Si hacían caso omiso de esa norma, las mujeres podían ser despedidas en el acto.

Además, ninguna de las conejitas podía compartir con los clientes datos personales sobre ellas, como sus apellidos o números de teléfono. Tampoco podían hacerlo en nombre de otra conejita.

Las conejitas sólo podían beber "entre bastidores"

Mientras que las normas sobre citas podían ser algo comprensibles, las restricciones sobre comida y bebida estaban a otro nivel. El manual decía: "Las conejitas no pueden mascar chicle ni comer mientras estén de servicio".

"Las conejitas no pueden beber refrescos, limonada ni siquiera agua a la vista de los dueños de las llaves y los invitados", se apuntaba. Aunque no era una prohibición en toda regla. "[Pueden] tomar estas bebidas no alcohólicas entre bastidores", continuaba el manual.

Tenían que parecer "unas conejitas perfectas"

En cuanto a la preparación de las conejitas antes de empezar un turno, no se les permitía ir directamente a su puesto de trabajo. Cada mujer tenía que someterse a una inspección que aprobaba su aspecto. El manual señalaba: "El pelo, las uñas, los zapatos, el maquillaje y el vestuario de las conejitas deben ser perfectas para una conejita".

"No se permite que ninguna conejita comience a trabajar a menos que se cumplan las especificaciones de apariencia. Se podrán imponer deméritos por descuido en este sentido". Sí, un sistema de méritos y deméritos estaba en marcha en los Clubes Playboy para ayudar a gestionar a los empleados.

Charla y baile

¿Y qué pasa con la socialización durante un turno? ¿Se permitía a las conejitas Playboy charlar con los clientes del club? Bueno, sólo hasta cierto punto. "Mezclarse", como dice el manual, era una prohibición que provocaba su despido.

Sin embargo, se permitían breves charlas. Y en todos los clubes, salvo en el de Nueva York, las conejitas también podían posar para las fotos junto a sus clientes. Mientras no hubiera tocamientos, no habría problemas. Además, en la mayoría de los sitios se podía bailar.

"Bailes aceptables"

"Las conejitas pueden bailar con los clientes de la fiesta, siempre que no haya contacto físico", decía el manual. "[El] twist, watusi, bugaloo, etc., son ejemplos de bailes aceptables". Eran los años 60.

Los únicos Playboy Clubs que no lo permitieron fueron los de Nueva York y Atlanta, Georgia. Nos preguntamos si las conejitas de allí alguna vez se pusieron celosas de sus compañeras de trabajo de otros estados... A ellas les bastaba con charlar.

Trabajo promocional

Las conejitas tenían prohibido recibir llamadas telefónicas en el club. La persona encargada de la centralita sólo podía tomar mensajes urgentes en su nombre. En cuanto al trabajo, tenían que estar preparadas para empresas promocionales si Playboy las consideraba "dignas de conejitas".

Ahora bien, se daba mucha importancia a esas apariciones, ya que darían a la conejita una plataforma para exhibirse. Pero, por supuesto, el trabajo traería consigo más mandatos a seguir.

"Te pone en el punto de mira"

El manual decía: "Una aparición personal te pone en el punto de mira. Si eres elegida para hacer dicha aparición, significa que la revista Playboy y los Clubes Playboy consideran que eres verdaderamente representativa del encanto y la belleza femeninos por los que Playboy es conocido".

"Así que es en vuestro propio interés que mantengáis esa imagen. Por ello, os pedimos que observéis ciertas normas. Las conejitas son famosas y tienen una responsabilidad consigo mismas y con su público".

Qué hacer y qué no hacer

Algunas de las cosas que las conejitas debían hacer eran ser puntuales y estar "guapísimas" en el evento. Eso significaba llegar con un disfraz de conejita impecable, las uñas perfectamente cuidadas y un peinado estupendo. También se les animó a ser amables y abiertas cuando conocieran a otras personas.

"Debes comportarte de forma que ni tú ni Playboy quedéis expuestos a las críticas", decía el manual. En cuanto a lo que no se debe hacer, había algunas cosas que las mujeres debían evitar.

Evitar la polémica

Al igual que en los clubes, las conejitas no podían consumir alcohol en los eventos, y tampoco podían entablar relaciones románticas. El manual dice: "[No hagas] comentarios polémicos o negativos sobre ti, Playboy o la promoción en la que trabajas".

Ah, y a menos que se les dijera lo contrario, las conejitas debían lucir su emblemático uniforme. En conjunto, se podría decir que estas reglas eran firmes pero justas, dada la capacidad profesional de las comparecencias femeninas.

Normas para fumar

Volviendo a los clubes, las conejitas Playboy tenían que estar atentas a otras cosas durante sus turnos. Fumar era uno de los más importantes. El manual decía: "Una conejita de mesa a la vez puede fumar en la barra de servicio. Las Conejitas de Puerta y las Conejitas de Tienda de Regalos pueden fumar en sus puestos".

"Pero en todos los casos en que una conejita fume mientras está de servicio, debe dar una calada y depositar el cigarrillo en un cenicero. Las conejitas no deben estar de pie o sentadas con el cigarrillo en la mano", se apunta.

Compradores secretos

Las conejitas también tenían que estar atentas a los compradores secretos, que ayudaban a los Playboy Clubs a evaluar su rendimiento. Se consideraba una forma de destacar a las que sobresalían en sus tareas con regularidad.

Así que sí, decir que las trabajadoras tenían mucho que recordar y tener en cuenta con respecto a su comportamiento sería quedarse muy corto. Pero eso nos lleva a la siguiente sección del manual, que se centra en la "Apariencia y aseo" de las conejitas.

"Sé la personificación perfecta de la Imagen de la Conejita"

Para abrir esta sección, el manual decía: "Tu público y Playboy esperan que seas una joven hermosa y bien cuidada que proyecte calidez y amabilidad en todo momento. Por lo tanto, siempre querrás lucir lo mejor posible y ser la personificación perfecta de la Imagen de Conejita".

"[Es] tan esencial en tu papel que no cumplir y mantener los estándares de esta imagen puede suponer el despido". Pero, de nuevo, las conejitas tenían que seguir unos protocolos específicos.

Las conejitas tenían que comprar ciertos accesorios

Mientras que a las conejitas de los clubes se les entregaban dos uniformes y varios accesorios cuando empezaban, incluidas unas orejas de conejita y una cola, las mujeres no lo recibían todo. Tenían que comprar ellas mismas zapatos teñidos, medias "reglamentarias" y braguitas de bikini.

Si alguna empleada extraviaba uno de esos artículos, tenía que abrir su bolso para conseguir uno de repuesto. En cuanto a las joyas, salvo un par de gemelos oficiales de Playboy, las conejitas no podían llevar anillos ni collares durante sus turnos.

"Siempre impecablemente limpia"

Las conejitas de Playboy también tenían que tener en cuenta otra cosa. El manual decía: "Los trajes de las conejitas se entregan a la encargada del vestuario al final de cada jornada. Ella se encargará de que los trajes se laven a diario o cuando sea necesario".

"Asegúrate de que nunca te falten disfraces o accesorios. Es responsabilidad tuya que tu disfraz y tus accesorios estén siempre impecablemente limpios y ordenados". De lo contrario, ¡no serían consideradas "conejitas perfectas"!

Higiene personal

El peinado y el maquillaje también se trataban en esta parte del manual, reiterando la importancia de la "imagen de la conejita". Sin embargo, podría decirse que el pasaje más llamativo se refería a la higiene personal.

Dado su trabajo, se esperaba mucho de las conejitas antes incluso de que salieran de su camerino. "Un buen aseo empieza con un baño diario y un buen desodorante", continúa el manual. "El uso regular de loción corporal mantendrá tu piel suave y bonita".

¡Mantén las manos y las uñas limpias!

"Debe prestarse especial atención a las manos y las uñas. Asegúrate de que estén siempre limpias y bien cuidadas", rezaba el manual. "No obstante, lávate bien las manos después de aplicar perfume, loción o laca para el pelo. Estos preparados imparten un olor que se adhiere a los vasos y produce un sabor indeseable a los cócteles".

Puedes imaginar cuánto tiempo tendrían que dedicar las conejitas a poner todo esto en práctica antes de sus turnos. Para rematar esta sección, el folleto incluía un pasaje con "consejos útiles".

El truco de la botella de Coca-Cola

Para facilitar la vida de las conejitas, el manual incluía algunas recomendaciones. Por ejemplo, cuando se les ponía el traje de conejita, se aconsejaba a las mujeres que curvaran la espalda para que les quedara "lo mejor posible".

Cuando se trataba de pies cansados, se sugería dejarlos en remojo en agua salada caliente durante un rato, antes de levantarlos. Si eso no ayudaba, el manual proponía una alternativa única. Recomendaba: "Prueba a hacer rodar los pies sobre una botella de Coca-Cola vacía". Nos encantaría saber si funcionó.

"Una valiosa amiga y confidente"

La penúltima sección del manual es "supervisora personal". Las conejitas recibían más información sobre sus superiores, como el Director General, el Jefe de Turno y el Director de Sala. Luego estaba la "Conejita Madre".

¿Qué hacía ella? Según el manual, "te contratará y formará, coordinará tu horario y supervisará tu trabajo. Su posición es similar a la de una consejera universitaria, y encontrarás en ella una valiosa amiga y confidente".

Relaciones formales

Mientras que la "Conejita Madre" debía ser vista aparentemente como una amiga, la relación entre las Conejitas Playboy y el resto de sus superiores era mucho más formal. Si ella era la consejera de la universidad, ellos eran más como maestros o profesores.

El manual señalaba: "Las conejitas deben dirigirse al personal supervisor masculino como señor y aceptar las instrucciones de forma alegre y cooperativa". La última sección detallaba las responsabilidades de las compañeras de trabajo de las mujeres. Desde camareras a ayudantes de camarera, todo estaba aquí.

Tratar con la costurera y la encargada del vestuario

Cuando se trataba de la costurera, una conejita tenía que estar al tanto de su horario debido a su "apretada agenda". Llegar tarde a las reuniones estaba prohibido. La encargada del vestuario también estaba muy ocupada: se encargaba de lavar todos los trajes de las conejitas.

Pero su trabajo no terminaba ahí. El manual decía: "Por favor, asegúrate de que la encargada de vestuario está al tanto de cualquier reparación necesaria para su traje, y de que le transmite las instrucciones que le dé cualquier personal de supervisión en relación con su traje".

"Uno de los aspectos más agradables del nuevo trabajo"

Por supuesto, no podemos olvidarnos de las otras conejitas. El manual añadía: "Conocerás a mucha gente maravillosa entre las filas de las conejitas y encontrarás en estas nuevas asociaciones uno de los aspectos más agradables del nuevo trabajo".

"Naturalmente, la amabilidad, la consideración y la cooperación te harán nuevos amigos y te ayudarán a conservar los que ya has hecho". Con esto terminamos nuestra lectura del manual: ¡algo nos dice que tu opinión sobre el estilo de vida de las conejitas Playboy podría ser un poco diferente ahora!